Sitges 2016: LA DONCELLA (THE HANDMAIDEN) de Park Chan-wook

La doncella (The handmaiden), la última película Park Chan-wook , llega en una etapa de plena madurez del cineasta coreano. Es, probablemente junto a Kim Ki-duk, el autor más relevante del panorama cinematográfico contemporáneo. A él (entre otros) le debemos que poco a poco el cine coreano se haya ido abriendo un hueco dentro de la crítica y el público internacional. Tanto Old boy como su trilogía de la venganza le han impulsado a convertirse en un autor referente alrededor del mundo.

 La doncella (The handmaiden)

En La doncella (The handmaiden), Chan-wook ha sabido hacer de la violencia y el sexo no solamente un recurso expresivo y estético (como había hecho anteriormente) sino un concepto generador de discurso. El film narra las aventuras amorosas de Sook-hee, una joven que acepta convertirse en criada de una dama de alta cuna. Su objetivo es convencerla para que se case con un criminal y a través de este conseguir un porcentaje de su herencia. Pero Sook-he pronto se siente atraída por su dama y vive bajo la encrucijada de si seguir sus sentimientos o las presiones del encargo del criminal.

 La doncella (The handmaiden)

A nivel narrativo La doncella (The handmaiden) sobrevive perfectamente a casi sus tres horas de duración gracias a la sucesión de puntos de giro que cambian las tornas  y la situación de los personajes. El film se convierte en una obra que se relee sobre sí misma aclarando significados y buscando la verdad en las relaciones que envuelven a los protagonistas. La película recibió en su estreno en otros festivales algunas críticas que la catalogaban de machista o de profundizar poco en los papeles de las mujeres protagonistas. Una buena lectura de la película también permitiría entenderla como una película feminista o, mejor dicho, que trata igual a ambos sexos. Bajo la obra se desarrolla un progresivo empoderamiento de unas mujeres que van desafiando la figura patriarcal a la que están sometidas. Pero el gran poder de está narración reside también en la forma visual que se expresa. La doncella (The handmaiden) es un portento visual, no hay absolutamente ningún plano cuya fotografía no sea maravillosa. Una fotografía nada pretenciosa que se incorpora de forma natural al tono a veces místico que alcanza la película. Una de las mejores experiencias cinematográficas, tanto visual como narrativamente, que nos ha regalado Park Chan-wook.

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