Lo vi hace una semana y aún así lo aplaudí en pantalla: el detalle del coletero. Un gesto así es suficiente para saber que hay una mujer detrás de esta decisión. En una película en la que cinco mujeres se dedican a romper el orgullo (y otras cosas) a los hombres más nos vale dejar al mando a alguien que las comprenda. El detalle del coletero me recordó a cómo el único rasgo de personalidad impreso en la psique de Capitana Marvel era su obsesión por no rendirle cuentas a nadie. Sin embargo, las Aves de presa aún pasando también por ello, resultan muy humanas para tratarse de personajes de cómic, terribles y vulnerables a la par, y será de nuevo el hombre el principio de todos los males y será de nuevo la mujer la que les ponga fin, pero en el camino habrá más preocupación por cómo se sienten cada una que por cómo lidian con los ofendidos.
Mantenganse prevenidos, tampoco podemos esperar arcos de personajes de profunda psicología, y ni que fuera necesario. Cathy Yan y Christina Hodson vienen para deleitarnos con las deliciosas gamberradas de personajes histriónicos. De los tópicos nos reímos, de las convenciones nos valemos para llegar a lo que importa. Aves de presa es política sin pretender demostrarlo, muestra su fuerte personalidad y con eso basta. El ritmo no decae, la acción no se interrumpe para dar discursos empoderantes: un simple gesto como darle un coletero a una amiga basta para entender que se trata de chicas reales destruyendo la hombría, un villano simplón y dionisíaco basta para poner en ridículo la masculinidad. Yendo al grano.
Aves de presa no da para charlar mucho más, lo cual es una virtud en una película de orígenes. Se aprendió de Escuadrón suicida: los personajes entran en el momento que deben, se resumen en un par de frases y a darse de hostias. Lo demás queda implícito, no somos tan lerdos. En Aves de presa ser liviano juega a favor, pues el carisma hace lo suyo. Como en una sitcom, Yan y Hodson dibujan a grandes trazos a sus personajes para permitir que el conflicto entre ellos genere las sonrisas oportunas, y lo demás queda a cargo de una Harley Quinn vibrante que convierte en un juego la brutalidad más chabacana.
Ocean’s 8 es un triste ejemplo de una verdad que muchos prefieren ignorar: para muchos papeles, el género es lo de menos. Poco diferencia al tandem Bullock-Blanchet del Clooney-Pitt más allá del físico, cualquiera podría haber hecho cualquier cosa. Cathy Yan es capaz de insuflar su personalidad femenina a un estilo marcado por convenciones masculinas. Ya no se trata de trasladar conceptos y cambiar los géneros, se trata de demostrar inquietudes. Aves de presa sólo necesita una simple imagen para afianzar la bisexualidad de Harley y no hay más preguntas, señoría. Para lo demás, sólo es necesario tener a una mujer capaz de ponerse en el lugar de sus personajes, y así como si nada tienes una película con la que cualquier mujer puede sentirse identificada del mismo modo que los hombres han hecho toda la vida.
7 comments
Tiene buenas escenas de acción y los actores estan bien. Lastima de un guión tan flojo. Pero vamos despues de la mierda que habia leido, pues ni tan mal. Para matar el rato.
Sin haberla visto, creo que a esta peli le beneficia las cero expectativas que hay con ella… como suele pasar siempre. El hype es el peor enemigo de una película
Señor que hace usted que no esta en el grupo de telegram de las horas perdidas ?
Puf, estuve, pero la verdad es que comentar y leer por ahí no es lo mío. Prefiero estos foros, donde los mensajes duran más de unos segundos siendo «visibles» y puedo meditar más mis respuestas divertidas y eróticas
Es bueno ver los conocidos de LHP
Joder, pues el hype no le va nada mal a Marvel.
Pero eso hay que ganárselo. Marvel ya sabías lo que te iba a ofrecer de antemano, porque había 200 películas antes donde ya te deja claro el tono de esto… mira lo que pasa con Star Wars, vas esperando que «esta va a ser la buena» y claro, pasa lo que pasa