Venom: habrá matanza, cerebros y chocolate

A título personal, las comedias románticas me parecen uno de los géneros más “puros” que se pueden tratar en el cine. Ver a Hugh Grant, Matthew McConaughey o Richard Gere interpretar a los protagonistas en una historia de amor ridículamente azucarada donde los protagonistas terminan declarándose su amor… escalofríos, gente, literalmente escalofríos.

Venom: habrá matanza

Quizá por esto, Venom (Ruben Fleischer, 2018) me parece una película tan divertida: sí, hay elementos de thriller periodístico muy mal realizados, un villano realmente terrible, Michelle Williams haciendo malabares con los peores diálogos de su carrera… pero también había una dinámica divertidísima entre el alienígena titular y el chico malo del periodismo que interpretaba Tom Hardy. Al entrar en Twitter, Reddit o Letterboxd cuando se alguien veía la película, no era raro encontrarse a quien catalogaba la relación central de aquella primera entrega como el germen de una comedia romántica, y mucha, mucha gente esperaba que ese aspecto se explorase algo más en su secuela.

Venom: habrá matanza está dirigida por Andy Serkis, y del guion se ha encargado Kelly Marcel en solitario, aunque Hardy ha recibido un crédito de story by. El actor británico y la guionista llevan años colaborando, y ella ha declarado que ese reconocimiento a los aportes del intérprete es una evolución natural en su relación. La segunda parte de las aventuras del simbionte y su huésped es una comedia romántica. No hay más. Sí, es cine de superhéroes, pero la columna vertebral de la cinta es, en todo momento, la relación entre sus protagonistas, Eddie Brock y Venom.

De verdad que me cuesta expresar lo refrescante que se siente ver una película tan consciente de qué quiere ser, de qué tipo de energía quiere lanzar al mundo, y de en qué mundo se lanza. Venom era un producto que parecía un alienígena extraído de los 90 una película que tropezaba sobre sus intenciones y no terminaba de encontrar el tono. Venom: habrá matanza, por su parte, es una película nacida en un mundo posirónico, donde los prácticamente monopolizan el mercado cinematográfico y el espacio para la innovación con grandes presupuestos es ínfimo. Y, sin embargo, aquí está: hora y media en la que vemos los tropos clásicos de la comedia romántica aplicados a la relación entre un moco negro gigante y la única persona con la que es realmente compatible.

Venom: habrá matanza

Por supuesto, seguimos estando frente a una película de superhéroes: Matanza es el reverso tenebroso de Venom, un bicho nacido de un momento de desencuentro entre él y Eddie, y que se aloja en el cuerpo del asesino en serie Cletus Kasady (Woody Harrelson). A Kasady también le toca su trama romántica personal: interpreta a Frances Barrison, una ¿mutante? con la que forma una pareja criminal que nada tiene que envidiar al Joker y Harley Quinn.

Como en toda buena comedia romántica, la relación de Venom y Eddie los ve atravesar baches de forma individual y como pareja, los ve funcionar en conjunto y por separado, los ve desarrollarse como personajes y traza un camino para que su relación sea creíble; no estamos viendo ya a ese alienígena que se apoderó del cuerpo de un humano y funciona como su lado oscuro, sino que se está explorando su sinergia, su funcionamiento como un todo particular. Cuando la pareja central entra en crisis, son sus amigos los que se ven envueltos en las peleas “conyugales”. La faceta de perdedores de ambos, algo que se confesaron en la primera película, juega un papel real en sus problemas en esta secuela, y es algo que les pesa y que deben superar… juntos.

De Venom: habrá matanza se va a hablar poco, porque la gente que habla mucho no está interesada en la secuela de una película que, seamos sinceros, no es para tanto. Pero quien se atreva, por lo que sea, a verla, encontrará una de las películas de más refrescantes que para el género de los últimos años. Es cierto que la marca Sony, de forma similar a DC, parece no saber lo que hace con sus propiedades superheroicas, pero quizá ese factor sorpresa es algo que viene de maravilla si sirve para dar pie a algo tan divertido e interesante como esto. Abrir caminos nuevos, siempre abrir caminos nuevos.

Venom: habrá matanza (Ruben Fleischer, 2021) ⭐️⭐️⭐️⭐️½

Venom: habrá matanza

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