Un perro andaluz, de un museo a la gran pantalla

Hoy traigo una reseña un tanto diferente. Podría empezar analizando todas y cada una de las simbologías que esconde Un perro andaluz, de Luís Buñuel, e intentar competir con los miles de cinéfilos y estudiosos del cine que han intentado descifrar esta obra durante tantos años, pero en su lugar me tomaré la reseña de esta semana como algo parecido a un artículo de opinión, sobre qué podemos esperar encontrar en una película de estas características. Así que, querido lector, prepárate para romper con todo lo que habías visto anteriormente y abrir los ojos y los sentidos a un cine totalmente experimental, pasional y rebelde.

Un perro andaluz

En primer lugar, Un perro andaluz se trata de una película del año 1929, dirigida por Luís Buñuel y guionizada por el mismo director y Salvador Dalí, artistas catalogados como vanguardistas. En una película de estas características no es necesario buscar la perfección, incluso ni si quiera buscar el sentido, porque es probable que no lo tenga ni para los propios creadores, simplemente intentar disfrutarla como si de un cuadro se tratase.

El cine como cualquier otro tipo de arte puede ser claro, descriptivo, visualmente bello, una chica en una ventana o dos personas en una barca al atardecer. O por el contrario, desagradable, incomodo, y provocador, hormigas saliendo de manos, libros que se convierten en pistolas o dos cabezas enterradas en la arena en primavera, como dicen, la belleza está en los ojos del que mira.

Un perro andaluz es amor, violencia, muerte, sexo, tiempo… o puede que solo una “ida de cabeza” de unos artistas caprichosos. En cualquiera de los casos consiguieron revolucionar el séptimo arte, y transportar a la gran pantalla esa sensación que nos provoca estar frente a un cuadro en un museo y tener la necesidad de inclinar la cabeza para buscar una perspectiva lógica, a algo que no la tiene.

Un perro andaluz

Para terminar me gustaría invitar a todos los lectores cinéfilos a dedicar 21 minutos a dejarse llevar y romper, sin miedo, las normas de la lógica que nos acompañan en nuestro día a día. Al fin y al cabo eso es Un perro andaluz, una muestra de cómo la rutina y la “normalidad” pueden llegar a ser la tumba de la pasión y la locura.

UN PERRO ANDALUZ ESTÁ DISPONIBLE EN FILMIN

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