La verdad es que a Robert Rodríguez hay que reconocerle el mérito de no parar. En un mundo en el que hay directores que se pasan seis años para hacer una película, éste se las apaña para hacer una al año al más puro estilo Woody Allen, salvando las distancias, claro. Además, si tu hijo de diez años te echa una mano a la hora de escribir los guiones pues nadie te podrá acusar de que tus películas sean infantiles. Otra cosa que también hay que reconocer es el buen gusto a la hora de elegir a los malos: Alan Cumming, Steve Buscemi, Sylvester Stallone y ahora Jeremy Piven.
La cuarta parte de Spy Kids llegará en agosto a las pantallas estadounidenses en 4D que no sabemos qué es exactamente. En España lo mismo no se estrena nunca.