Tenemos que hablar, el amor pasa de las crisis

No sé a quién he odio decir en algún medio que hacer reír cuesta bastante más que hacer llorar y tiene toda la razón. Pocas son las comedias que me han sacado más de una sonrisa. Quizás la primera película del director de esta Tenemos que hablar, se lleve el premio gordo. Días de futbol, film con guion y dirección de David Serrano, consiguió durante una hora y media  que no parara de reír dejando para la historia un número importante de escenas míticas y de personajes y frases emblemáticas que casi todo el mundo ha pronunciado en alguna ocasión.  Ahora sabe que contar con la pareja protagonista de la serie de televisión de Los hombres de Paco le va a ayudar mucho a llevar a una importante cantidad de público a las salas. Hugo Silva tiene siempre tirón así como Michelle Jenner después de interpretar con maestría a nuestra Isabel, la Católica en la caja tonta. Cuando uno los ve juntos se imagina un episodio de la serie policiaca y cómica que tanto éxito tuvo en nuestro país y se da cuenta de la gran química que existe entre ambos.

Tenemos que hablar

Lucas y Sara son ahora una pareja separada que no divorciada que intenta rehacer sus vidas después de una crisis económica y amorosa que también ha roto el matrimonio de los padres de la joven. Mientras ella ha encontrado a su media naranja con acento argentino, él por el contrario vive compartiendo piso con un compañero y amigo obsesionado con quedar bien con los turistas que pasan temporadas viviendo con ellos. Es Ernesto Sevilla junto a otros secundarios de lujo, ya vistos en el primero de sus films, quienes elevan la nota de esta producción que ha copiado apuntes de la vieja y clásica screwball comedy americana. Los malentendidos, disparatadas escenas y locas carreras intentan recrear el ritmo frenético en el cual nos movemos en nuestro día a día.

Lo malo es que el hilo conductor de toda la historia de Tenemos que hablar no da para mucho. Se pasa del amor al odio sin mucho sentido y de este a atracciones más o menos fatales sin un detonante que nos lo explique. El sabio refrán que dice que donde hubo fuego quedan cenizas es llevado aquí hasta sus últimas consecuencias no solo en la persona de la joven pareja protagonista sino también en los maduros y siempre correctos Oscar Ladoire y Verónica Forqué a la que ya había perdido la pista. De esta manera Tenemos que hablar se nos queda en un conjunto, no vacío del todo, de chistes más o menos graciosos tirando de ingenio patrio y humor algo rancio que aprueba por los pelos. La hermana pequeña de una de mis películas preferidas me deja con un sabor agridulce. Por un lado entiendo que es difícil igualar algo tan bueno como lo anterior y se agradecen las ganas pero por otro esperaba un poquito más de este director que tarda una eternidad en sacar sus trabajos.

Tenemos que hablar

Los fiascos de Forum Filatélico, las preferentes o la burbuja inmobiliaria son sacados del hoyo en donde los teníamos enterrados para recordarnos que la crisis aún colea en nuestro país. El chiste de los brotes verdes del gran monologuista Ernesto Sevilla lo certifica así como otras conductas tanto del pasado como del presente que nos producen hilaridad como el simpa doble que se marcan los dos amantes con clásico amor de fotomatón como broche final o la compra y seguida devolución de alimentos de primera calidad. Todos ellos aparentan algo que no son, suplantan en ocasiones a otros personajes y planean un juego muy peligroso que al final les quemará en las manos.

Muestran una casa que no es suya, se visten de grandes empresarios y se dedican a la limpieza o realizan entrevistas de trabajo de mentirijillas en despachos vacíos. Eso mismo ha hecho el director. Ha querido regalarnos algo que no es lo que parece y que aparenta lo que no es. El 4.4 que busca Lucas todavía tendrá que esperar un poco más.

1 comment
  1. Un auténtico placer volver a ver a estos dos grandes en la gran pantalla, Michelle y Hugo, Hugo y Michelle, una pareja que parecen que llevan trabajando toda la vida juntos, parece mentira que desde Los Hombres de Paco hayan pasado bastantes años sin que ambos coincidiesen. La peli no defrauda, tienes las risas aseguradas con Blanca Cuesta y Ernesto Sevilla, además de una brillante Verónica Forqué. Puede que la trama sea un poco previsible pero el guión deja que se te escape alguna que otra carcajada. Además muy bien parodiado la situación de la crisis (Seseña, Forum Filatelico, Preferentes….),

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