Padre no hay más que uno 2: la llegada de la suegra, Torrente y los niños
Domingo, nueve de la noche. Mis vecinos están de barbacoa junto a otras quince personas en un jardincito del tamaño de mi cuarto de baño. Sin mascarilla, claro, no vaya a ser que se pierda la estampa veraniega. Una muchacha advierte que esta semana irá a ver “la segunda parte de Torrente y los niños“. Alguien corre a socorrerla diciendo “Pero no se llamará así, ¿no?”. La muchacha, en sus trece: “Sí, Torrente y los niños 2”. Me parece un nombre muchísimo más acertado que Padre no hay más que…
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