Señor, dame paciencia, y algo más para aguantar
Los primeros quince minutos de Señor, dame paciencia no podrían pintar peor. Para empezar, tenemos a Jordi Sánchez de nuevo interpretando una variante de su papel de Antonio Recio en La que se avecina, sólo que esta vez ligeramente menos caricaturesco y llevando peluquín. Los chistes rancios empiezan a sucederse uno detrás de otro mientras va tejiéndose una trama sospechosamente parecida a la de Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho? (como si con parecerse el título no tuvieran ya suficiente) y nos deslumbran con una factura técnica digna de un telefilme mal avenido…
Leer más...