Kornél Mundruczó, director de Jupiter’s Moon, es, con el permiso de Béla Tarr, uno de los cineastas húngaros más importantes del cine contemporáneo. En 2005 ya deslumbró al mundo con Johanna, su maravillosa ópera moderna basada en Juana de arco y que también estuvo presente este año en Sitges en la sección 7 chances. El reconocimiento internacional le llegó en 2014 al ganar el premio a mejor película en la sección Un certain regard con White god. Su estilo mezcla la incursión de lo fantástico a través de pequeños detalles con la tradición húngara de los largos planos secuencias que retratan de forma cotidiana en tiempo real la vida de los protagonistas.
Jupiter’s Moon es una película política y quizás haya sido este uno de los factores fundamentales por los que ha conseguido alzarse con el premio a mejor película del festival. El protagonista del film es un joven sirio que es herido al cruzar ilegalmente la frontera. Sorprendentemente, la herida le otorga el poder de levitar. Con la ayuda del doctor Stern consigue huir de un campo de refugiados y conseguir provecho económico de la situación intentando no ser descubierto. Pese a que la alegoría es evidente hasta en el título de la película, la luna a la que se refiere es el satélite Europa, el film no se regocija en mostrar la problemática política sino en construir un buen thriller de acción.
El ritmo trepidante del inicio del film, probablemente lo mejor de Jupiter’s Moon , desaparece rápido y se diluye reapareciendo en determinados momentos. Los protagonistas del film están huyendo constantemente sin un objetivo claro. La premisa está bien plantada y es interesante, pero tanto los personajes como la película están en un laberinto sin salida. La monotonía de esta persecución se ve aliviada en los momentos en el que el protagonista levita, momentos visualmente fascinantes y a los que se dedica siempre mucho tiempo, como si fueran rituales.
Jupiter’s Moon es una buena película, con un trasfondo político interesante pero no explotado en exceso y formalmente impecable. Sin embargo existían varios films en sección oficial superiores o merecedoras del premio a mejor película. Aun así no sería justo quitarle el prestigio y calidad de la obra, sobre todo por el impacto que puede tener tanto a nivel narrativo y formal como en su contexto político-social.
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