Sitges 2015: Summer Camp, campamento sangriento

Desde la primera película de la saga [REC], la productora española Filmax no ha conseguido construir una película de terror tan innovadora y fresca. Parece ser que, Summer Camp, su nueva película inscrita en este género ha llegado para dar un fuerte golpe sobre la mesa. El director de la cinta, Alberto Marini, que ya había trabajado con Jaume Balagueró en Mientras duermes debuta con una película terrorífica, gamberra y hasta cierto punto innovadora.

Summer Camp narra la convivencia entre cuatro monitores extranjeros en una casa de colonias los días antes de que los niños lleguen al campamento. Pasados pocos minutos de metraje uno de los monitores es objeto de un extraño de arrebato de locura que le impulsa a asesinar a todo el mundo que se cruce con él. El contagio de esta enfermedad entre los otros monitores es el principal ingrediente de terror a partir del cual se construye la película. Summer Camp añade un elemento muy inteligente en torno a esta epidemia: aquellas personas contagiadas dejan de sufrir los efectos pasados un determinado tiempo. Esto permite que en la película los roles de monstruo se vayan intercambiando, fusionando, combinando y anulando manteniendo en tensión constante al espectador.

Summer Camp

Uno de los factores más reprochables de Summer Camp es el uso excesivo que hace de las trampas de guion. Estas funcionan pero acaban siendo evidentes, obvias e incluso algo sucias en los momentos en que juega demasiado con la inteligencia del espectador. Aun así Summer Camp aterroriza, entretiene y divierte consiguiendo consolidarse como una de las propuestas más interesantes de Filmax de los últimos años.

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