REC 3 Génesis, el fin de la cámara subjetiva

Cuando dije en la crítica de Chronicle que la cámara subjetiva estaba ya un poco manida no es que me estuviera adelantando a los tiempos ni que yo sea un gurú de la cinematografía, sino que es simplemente es algo que la mayoría de los espectadores del cine actual piensa cada vez que en una película se recurre a esta técnica.

Parece ser que esto es algo que no solo pensamos los espectadores, sino que el mismo Paco Plaza, director de REC 3 Génesis, ha notado. Tan fácil como lo pusieron de moda con aquella REC, la original, en esta ocasión deciden matarla en forma de metáfora. La película empieza en cámara subjetiva como si fuera el reportaje de una boda, y en cuanto empieza la debacle zombie deciden matarla para recurrir a la cámara tradicional.

Esto es una medida más que inteligente por parte del director. No solo porque estábamos hartos ya de esta cámara, sino que era un lastre a la hora de desarrollar la narración. Al tener que recurrir al plano subjetivo te limitas en la historia teniendo que recurrir a veces a excusas absurdas que justifiquen la presencia de una cámara que se supone que está grabando todo lo sucedido. Por eso mismo esto me parece un acierto tremendo.

Con respecto a el hecho de que en esta tercera entrega de REC haya desaparecido uno de sus directores originales, Jaume Balagueró, supongo que ha sido lo que ha provocado que REC 3 Génesis sea más una película épica y cómica que de terror puro. Aquí no vamos a encontrar sustos, al menos para el público experimentado en cine de terror, como sí que ocurría en la primera y segunda entrega de la saga.

Esto no creo que sea ni positivo ni negativo, simplemente es una vuelta de tuerca más, algo que hacía falta para no aburrir al público. Las coñas están muy bien metidas y la parte épica también. Al fin y al cabo estamos viendo una obra de ficción, así que nada de lo que veamos nos debería resultar exagerado.

Es posible que alguna escena pueda resultarle un poco heavy a algún espectador muy sensible a la sangre y al gore, pero nada fuera de lo común.

Con respecto al apartado actoral no hay mucho que decir, al fin y al cabo todos son marionetas que deben danzar en beneficio de la obra final y ninguno debe destacar por encima de los demás. Está todo en su sitio y no hay nada negativo que apuntar.

Finalmente os diré que si sois fans de la saga tendréis que verla sin demora, y si no lo sois tampoco os estáis perdiendo una obra de arte. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

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