Perros de presa, el hombre es un lobo para el hombre

Los retratos de niños y adolescentes durante el auge del nazismo y la II Guerra Mundial son casi un género en sí mismo. Dentro de él nos encontramos largometrajes tan distintos como Europa Europa, El diario de Ana Frank, La vida es bella, El niño con el pijama de rayas o La ladrona de libros, entre muchas otros. Perros de presa se podría encuadrar en un principio dentro de este apartado. El polaco Adrian Panek, autor que había dirigido previamente el drama histórico Daas, nos cuenta las peripecias de un grupo de menores que se refugia en un orfanato abandonado después de ser liberados de un campo de concentración nazi. Allí serán víctimas de la falta de comida y de los lobos asesinos adiestrados por sus antiguos captores. 

Curiosamente, la cinta se acerca a dos títulos que se desarrollan en una época similar, pero tenían como protagonistas a chicos y chicas alemanes que se quedaron solos en la II Guerra Mundial y tuvieron que sobrevivir durante tiempo en un medio hostil. Estamos hablando de Lore o la más desconocida Wolfskinder. Al igual que aquéllos, nos encontramos con crónicas de supervivencia donde sus protagonistas se ven obligados a madurar a la fuerza. 

No obstante, a pesar de sus evidentes coincidencias, Panek se muestra más interesado por enseñarnos cómo funcionan los mecanismos de sumisión y poder. Los muchachos obligados a obedecer en su dura reclusión parecen incapaces de enfrentarse a los perros asesinos que fueron propiedad de sus carceleros. Por otra parte, la convivencia entre ellos en un entorno cerrado y los diversos liderazgos sacarán a la luz sus más ocultos sentimientos. 

El director otorga al conjunto el tono de un extraño cuento cruel e imprime una atmósfera triste y sombría, gracias en parte a la excelente fotografía de Dominik Danilczyk. A todo ello hay que añadir la excelente dirección de su jovencísimo reparto, que inyecta más fuerza  si cabe al conjunto. 

Sin embargo, la película acusa un guion excesivamente repetitivo que subraya demasiado algunos aspectos y que parece estancarse por momentos. A pesar de ello, Perros de presa es un más que interesante trabajo sobre cómo la barbarie elimina la inocencia infantil y socava la propia estima. 

Perros de presa (2018, Adrian Panek) ⭐️⭐️⭐️