Paulina, la verdad triunfa sobre la justicia

Hay películas que responden a las expectativas creadas. Hay películas que sobresalen del resto y que pasado el tiempo todavía son recordadas por nosotros, los amantes del cine. Paulina es una de ellas, es una de estas elegidas. Su director, Santiago Mitre, persigue algo complicado y es que un film no comercial consiga una buena recaudación ayudado por el boca a boca que seguramente será muy favorable. Los premios cosechados en el Festival de San Sebastián y otros de mayor importancia como el de la crítica en Cannes están más que justificados pues Paulina no es un film normal. La gran técnica que demuestra su director se complementa con una interpretación colosal de su protagonista y un tema que va a dar mucho que hablar. Ya casi nadie habla de su otro gran trabajo de título El estudiante, ahora todos alaban a su Paulina.

Paulina Santiago Mitre

La pregunta que nos hacemos todos una vez hemos visionado esta película es ¿haríamos nosotros lo mismo o algo muy diferente? Esa es la verdadera cuestión que se plantea durante todo el metraje pues todos los personajes se debaten entre lo que deben hacer y lo que realmente hacen. Cada uno de ellos actúa e interactúa con los demás siguiendo su propia lógica, a veces acertada según lo que la sociedad demanda y otras veces errónea representada en la persona de Paulina. Su padre siguiendo su instinto, corazón y deber como progenitor vela por la seguridad de su hija y desea el mejor futuro para ella por lo que en todo momento intenta convencerle de que lo mejor es que siga con su carrera profesional y deje a un lado ideas para él absurdas como son ayudar a los más necesitados dando clases en una escuela en una de las zonas peligrosas y subdesarrolladas del país. No solo eso, ante el suceso que acontece tomará la decisión que él considera adecuada y que hará que ambos se separen. Su hija por el contrario es muy distinta rompiendo con el orden y la razón social al enfrentarse con la lógica de todos los que le rodean incluido su novio, quien ha tomado una decisión dura aunque realista dadas las circunstancias. Todas sus amistades y aquellos que dañan su salud también se posicionan al lado de la razón, en el lado de la lógica. El mundo espera que actúen de esa manera y ellos no le llevan la contraria, hacen y dicen exactamente lo que se espera. Por eso Paulina es especial, por eso ella será recordada como alguien que no se doblega a las normas establecidas. Su comportamiento se sale de lo normal. No busca venganza, busca la verdad.

Paulina Santiago Mitre

Dejando a un lado la temática, muy importante en este film y todos los personajes, la técnica fílmica es otro de los puntos fuertes de esta coproducción brasileño-argentina y francesa al experimentar su director con el tiempo y el espacio. Es decir la misma escena se presenta desde diferentes puntos de vista según la persona que aparezca con el objetivo de darle sentido a algunas acciones y comportamientos. Para ello se vale de flashbacks que lo que consiguen es completar la historia. Sin duda esta técnica dota al conjunto de una mayor calidad.

Lo único que dejará un tanto descuadrados a los asistentes al cine al que acudan a ver esta gran película es el lenguaje que es utilizado en la escuela por algunos de los estudiantes y que no lograremos entender. Santiago Mitre ha decidido darle mayor realismo al diálogo al poner en sus bocas frases en guaraní, una lengua que se habla en la actualidad en la provincia de Misiones, una región desfavorecida que tiene frontera con Paraguay y Brasil.

Paulina Santiago Mitre

Paulina rompe todos los moldes y sensibilidades, sorprende y se deja sorprender ella misma con las actitudes de su protagonista que enarbola la bandera de la irracionalidad acaso sometida a las leyes de su corazón más que a las de su cabeza. El joven director argentino consigue superar con creces un ejemplo anterior de Daniel Tinayre, de mismo título La Patota, realizado en 1960 y rodado en blanco y negro adaptándolo a los nuevos tiempos y modernizando a sus personajes. Apunten el nombre de Dolores Fonzi quien supera a la buena de Mirtha Legrand en el mismo papel. Oiremos hablar bien de ella muy pronto, estoy seguro. Antes disfrutemos de su interpretación en Paulina.

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