Noche real

Noche real, 1, 2, 3… al escondite inglés

¡Yo de mayor quiero ser rey inglés! Noches como la que pasa la protagonista de Noche real son incomparables ¡De esas quiero unas cuantas!

La futura reina de Inglaterra, Isabel II y su hermana Margarita se aburren en palacio. Ambas desean abandonar esos muros y bailar y divertirse para salir de la monotonía que impera allí. La noche del 8 de mayo de 1945 es joven y londinense. Hay que celebrar el Día de la Victoria, cuando el final de la Segunda Mundial es ya un hecho. El director Julian Jarrold les dará a ambas la oportunidad de escapar de los protectores brazos de sus padres viajando de incógnito y estableciendo relaciones de amor o amistad entre sus súbditos. Con esas nocturnas no solo descubrirán el desenfreno y la fiesta de las que han carecido tantos años sino también el primer amor vestido de uniforme.

Noche Real

La comedia más inglesa y más políticamente correcta se viste de etiqueta y con trajes reales en esta curiosa versión de Príncipe y mendigo con una bellísima Sarah Gadon con rostro de porcelana que hace poco vimos también en la corte, esta vez en Suecia y un actor y actriz maduros que siempre cumplen como son Rupert Everett y Emily Watson encarnando a los responsables monarcas del país.

El ritmo vertiginoso por el que se mueve Noche real no da ni un segundo de tregua. No existe un momento de respiro en el que ocurra algo intranscendente. Un cajón desastre donde cabe cualquier cosa y donde se juega al escondite entre hermanas y princesas en el interior de salas de fiesta, en autobuses abarrotados de gente o en lugares tan emblemáticos como Trafalgar Square o tan peligrosos como el Soho. Sitios todos ellos donde no cabe ni un alfiler y donde dominan los colores de la bandera nacional.

Aquí cualquiera te puede sorprender. Un desconocido aviador que pretende desertar puede convertirse en un romance imprevisto, un empresario de dudosa reputación puede ser un leal admirador de la monarquía o dos ineptos guardianes y perros de presa pueden despistarse y perderse cuando una cara bonita se interpone en su camino. Hasta los reyes pueden soltar chistes de vez en cuando y saltarse el protocolo con tal de ver felices a sus hijas. Algo que hará que la Casa Real británica se acerque al pueblo y que les hará más humanos pese a que tengan sangre azul.

Noche Real

En Noche real no solo escucharemos valses ingleses u orquestas palaciegas sino que danzaremos con ellas bailes de salón y ritmos callejeros muy diferentes como piezas de swing o jazz que pondrán nombre al estado de ánimo que en esos momentos les domine en esta noche Real, de ficción, donde todo puede pasar.

Una hora y media de entretenimiento sin más. Poquito de de época con vestuario elegante y glamuroso y muchito de comedia alegre con saltos y coreografías de Charlestón y más actuales de Lindy Hop marcando pasos para llegar a algún lado, en este caso a las puertas por la mañana temprano del Palacio de Buckingham ¡Yo en su caso hubiera comprado churros!

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