La venganza de Jane

La venganza de Jane, el antiwestern

Un western cuyo protagonista es una mujer. Lo que a priori parece una genial idea y aparentemente original e innovadora acaba tendiendo hacia los clichés de manera apabullante. Que nadie se espere de La venganza de Jane el Johnny Guitar del siglo XXI ya que ni si quiera la protagonista consigue tener la fuerza necesaria para merecerse aparecer en el título de la película. La obra tiene un buen arranque, Jane vive con su hija y su marido alejados de las grandes ciudades del lejano oeste. El conflicto arranca cuando el marido de Jane regresa tremendamente herido tras haber sido perseguido por la banda de Bishop. Jane, temiendo que la Bishop les persiga y acabe asesinándolos, decide esconder a su hija y salir en busca de su examante para que le ayude a defenderse mientras su marido se recupera. Hasta este momento la fuerza de Jane dentro de la película es muy impactante ya que ella toma las decisiones dentro de un mundo gobernado por hombres. Pero en el momento que consigue la ayuda Jane acaba relegada en un segundo plano y pasa a ser una mujer obediente y agradecida. En este momento la película también cambia drásticamente de rumbo, pasa de ser un western donde imperan sentimientos como la venganza y la justicia, a un romance en el que se recuerdan las razones por las que se separaron Jane y su ex-amante.

La venganza de Jane

La venganza de Jane vaga sin un rumbo claro, con el abuso de flashbacks y sobrexplicando elementos aparentemente necesarios para la trama. Aun así prepara con cautela un final donde eclosiona toda la trama y en el que finalmente se enfrentan Bishop y Jane, respaldada por su ex-amante. Esta eclosión pese conseguir lo que prometía (muchas balas y explosiones) encaja dentro de la película de una forma incómoda ya que los personajes antagonistas van desapareciendo sin que el espectador haya llegado a empatizar o conocerlos. Solamente cuando queda Bishop vivo es cuando se produce toda la tensión de la trama. Es en este momento en el que el espectador se da cuenta de que el conflicto realmente tiene fuerza (aunque sea un poco tarde)  ya que existen varias conexiones que unen a todos los implicados (Bishop, Jane, su marido y ex-amante). En este sentido la obra rompe los propios esquemas del western clásico, en el que el proceso o ejecución de la venganza tiene más importancia que las razones por las cuales sucede, y no a la inversa como sucede en la película. Estamos pues ante un melodrama adornado con el entorno y la estética propia del western.

La venganza de Jane

La construcción de unos personajes pobres y arquetípicos al servicio de una trama que vagabundea no consigue salvarse con la interpretación de los actores. Ni la Jane interpretada por Natalie Portman, cuya carrera parece estar en declive, ni el desaparecido Ewan McGregor como Bishop consiguen salvar La venganza de Jane. Ambos están encasquillados en unos personajes tópicos que no dejan libertad de interpretación. Ni si quiera visualmente la película llega a sobresaltar en exceso, la fotografía está cuidada pero luce como cualquier otra película “indie” del estilo. El resultado: un western que intenta ser innovador y contemporáneo pero que acaba reducido a los tópicos alejándose incluso del género en que se centra.

https://www.youtube.com/watch?v=CX46BZUA5AA

 

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