La garra Escarlata, nuevas emociones y misterios

Hubo un tiempo en que alguien consideró que dar un giro más actual al personaje de Sherlock Holmes podría ser un concepto original, interesante y que llevaría a un nuevo sector de público al personaje clásico. Este es el caso de la culminación de una serie de títulos basados en el personaje de Conan Doyle, que encuentran, a mi parecer y en mi cuestionable criterio, un momento cumbre en La garra Escarlata.

La Garra escarlata nos traslada a la zona francófona de Canadá, donde Holmes debe enfrentarse con una serie de sucesos que escapan a la razón, desencadenados al recibir una carta de alguien que ya ha fallecido cuando es recibida, todo esto mientras Holmes participa en un congreso de ocultismo, donde es invitado a participar por fervientes creyentes para formar la parte escéptica de todos sus debates.

La Garra Escarlata no supone más que una revisión de la historia que nos narra El sabueso de los Baskerville, donde se enfrenta al personaje de Holmes directamente contra uno de sus mayores enemigos, El mundo de lo Paranormal, donde debe mostrar escepticismo cuando todo indica a lo contrario, cuando debe enfrentar su forma de interpretar los hechos ante todo el entorno de la historia, y donde al final, termina todo teniendo una explicación mucho más sencilla, o al menos así nos lo parece llevados de la mano del impresionante talento del personaje.

La garra Escarlata

No siendo una obra destacable por sus interpretaciones, o no más allá de la interpretación de Basil Rathbone como Holmes, que sí impresiona por su presencia física, pero que solo pasa por estar correcto, o quizás sea que alguna reciente interpretación en una nueva revisión del personaje nos tenga a todos, como público, un poco fascinados, y no nos permita ver más allá. Por otro lado, el resto del reparto, cumple con su propósito, desde el personaje más cómico, que simplemente apostilla en diálogos impostados, al magnifico segundo plano de un Nigel Bruce encarnando al doctor Whatson

No estamos ante una obra cumbre del séptimo arte, pero si ante una película que está dispuesta y diseñada para ser mero entretenimiento, planteando ideas que pretenden ser novedosas en una historia clásica y que podría resultar manida, lo que no hay duda, es que entretiene durante su duración sobre todo a los fans del personaje creado por Conan Doyle como podría suscitar por el en aquellos que lo desconocían, o al menos ese era el propósito en los años cuarenta, como ahora lo son las producciones de la BBC.

 

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