Es innegable la extrema proliferación de biopics que aparecen en cartelera cada semana. ¿Existe una crisis de ideas en el panorama de la producción cinematográfica? ¿Es necesario recurrir constantemente a grandes personalidades y a grandes hechos históricos para realizar pelÃculas de calidad? El espectador moderno vive del interés por ver historias increÃbles de superación, de conquista, de grandes logros polÃticos, sociales o culturales en la gran pantalla, a la vez que es consciente de que los hechos proyectados sucedieron alguna vez y son verÃdicos (aunque no siempre se representen con extrema fidelidad). Pero los biopics también sirven para que el espectador descubra, entienda y conozca los entresijos del gran entramado histórico que es el mundo.
Y he aquà el gran problema de este género audiovisual, cuando la voluntad cinematográfica es abandonada a favor de otro objetivo incluso más importante: culturizar al público. Para ello es necesario reflejar los acontecimientos valiéndose del uso de la exactitud y la realidad, alejándose de todas las virtudes que ofrece la ficción y valiéndose de otras caracterÃsticas que, pese a ser igual de legÃtimas, huyen de lo cinematográfico para acercarse a lo documental.
La conspiración del silencio sirve como documento histórico para descubrir uno de los encubrimientos más extremos fatÃdicos de la historia de la humanidad: la existencia de auschwitz. Resulta increÃble como varios años después del final de la segunda guerra mundial, nadie conocÃa absolutamente nada sobre lo que se hacÃa en Auschwitz o en otros campos de concentración. La pelÃcula explora desde una perspectiva medio judicial, medio detectivesca, como el joven fiscal Johann Radmann, interpretado por Alexander Fehling, acaba conociendo la dura verdad y las secuelas que el nazismo dejó en alemania. Precisamente, una de las secuelas más duras, más allá del dolor fÃsico y psicológico de las vÃctimas, viene del pensamiento de que la sociedad alemana, de una manera u otra y directa o indirectamente, colaboró con el nazismo. La conspiración del silencio sabe reflejar bien el tormento de las nuevas generaciones horrorizadas por el pasado de Alemania, que han de lidiar cara a cara con la presencia de un nazismo que aún no ha acabado por disolverse. Lamentablemente esta idea se abandona muy rápido, y el proceso judicial y las declaraciones de las vÃctimas cogen un mayor protagonismo.
Como en muchos biopics, la vida Ãntima del personaje principal se ve superada por la magnitud de sus logros hasta el punto de hacerla del todo irrelevante. Mediante una buena interpretación y una discreta puesta en escena, la pelÃcula desde el punto de vista cinematográfico funciona, pero no excelentemente. Aun asÃ, como documento histórico y fuente de entretenimiento, La conspiración del silencio funciona perfectamente.
0 comments