La Chinoise

La Chinoise, ¿la amamos o la odiamos?

La Chinoise de Godard es una de esas películas que no pueden evitar despertar en el espectador esa sensación de amor/odio en la que no sabes si acabas de visionar una o la idea más loca jamás escrita. Con una fotografía extremadamente minuciosa y una puesta en escena un tanto peculiar, Godard crea un falso documental con discursos descontextualizados del libro rojo de Mao que crearán en unos jóvenes estudiantes parisinos ideas revolucionarias, e incluso les harán pisar la línea entre el bien y el mal.

La Chinoise

En mi opinión, La Chinoise funciona y atrapa al espectador en gran parte por los recursos utilizados de la Nouvelle Vague. Con planos vacíos y silencios que pueden alcanzar casi los 3 minutos de duración, Godard crea esa sensación de estar viviendo 24 horas con los protagonistas, con sus dudas, inquietudes, problemas… pero al mismo tiempo incluye ese formato documental y miradas a cámara que rompen completamente la famosa 4 pared, y permiten que nosotros como espectadores totalmente ajenos a la historia creemos opiniones y juicios de valor sobre lo que estamos viendo, pero con ese toque de empatía por los protagonistas.

Después de ver la película, en mi surgieron ciertos sentimientos encontrados. Por una parte me parece una valiente apuesta por el . Godard arriesga tanto visualmente, manteniendo por ejemplo, durante toda la película una línea cromática muy interesante jugando con los colores de la bandera francesa. Como con lo que respecta a lo argumental, contando una historia sobre jóvenes que deciden recurrir al terrorismo para defender una causa. Algo que sin duda puede hacer saltar las alarmas de los espectadores.

La Chinoise

Por otra parte, el alargar demasiado algunas escenas y arriesgar tanto con la experimentación hacen que en algunas ocasiones, salgas inevitablemente de la historia, preguntándote si realmente estás entendiendo algo de lo que estás viendo e incluso tener que rebobinar algunos momentos del filme para intentar no perderte ningún detalle, que puede resultar decisivo en este tipo de cine.

En conclusión, como aficionada al cine, desde el momento en el que conocí esta corriente creía que el cine de la Nouvelle Vague no era para mí. Pero después de atreverme con La Chinoise creo que es algo que por lo menos todo el mundo deberíamos ver alguna vez, para bien o para mal, aunque solo sea por la curiosidad de ver un cine completamente distinto y loco que, personalmente, creo que difícilmente funcionaría a nivel comercial en nuestros tiempos, y que poca gente, por no decir nadie se atrevería a hacer.

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