Hotel Transilvania, monstruos para todos los públicos

La perspectiva de una película de animación protagonizada por Adam Sandler y otros componentes del Saturday Night Live (JamesSpadeParnell,SambergLovitzBrittainSmigel) se me antojaba interesante. Pero por alguna extraña razón alguien parece haber puesto a un lado el irreverente humor de Sandler. Obviamente la razón no es extraña sino que se debe a la simple y sana intención de hacer una película para todos los públicos. Y aunque no es lo que me gustaría a mi, Hotel Transilvania no deja de ser un buen entretenimiento.

La premisa de que los monstruos viven aterrorizados de los humanos ya la habíamos visto en Monstruos, S.A. Aquí la gracia está en que los monstruos son los de toda la vida: Drácula, la momia, Frankenstein, el hombre invisible, el hombre lobo, Quasimodo y los omnipresentes zombies de hoy día y en que éstos tienen que alojarse en un hotel sólo para monstruos lejos de los malvados humanos. Esta parte está muy lograda dentro de la trama y es la que proporciona el mayor número de gags. Todos sabemos que lo de Sandler no es precisamente el humor intelectual así que las flatulencias y el trazo grueso campa a sus anchas. Y son los niños los que mas los agradecen.

Después está la parte digamos romántica. La hija de Drácula quiere salir a ver mundo, su padre no le deja y al hotel llega un joven que viene de ver mundo. Ya tenemos el conflicto. Lo bueno es que la relación se establece sobre todo entre el padre y el humano extraño y en el proceso de aprendizaje del primero y la toma de conciencia de que no puede ser un padre súper protector. Sí suena un poco a Buscando a Nemo, qué le vamos a hacer.

El mayor valor de Hotel Transilvania se encuentra en su apartado visual y formal. El director primerizo en el largometraje Genndy Tartakovsky no es precisamente un novato en esto de la animación. El creador de El laboratorio de Dexter es también un consumado animador que ha trabajado en Las supernenas y Star Wars: Las guerras clon con lo que lleva los dibus en la sangre. Tartakovsky maneja a la perfección el apartado técnico demostrando una gran destreza en el gag visual, en el mantenimiento del ritmo durante toda la película y el diseño de personajes.

El principal problema que le podemos achacar a Hotel Transilvania es estar demasiado enfocada al público infantil y olvidarse un poco de los padres. De todos modos no trata a los niños como seres sin cerebro y manteniendo un poco el nivel bajo podemos entreternernos y reinos bastante.

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