Es tanto el impacto y la estima que genera J.A. Bayona en el Festival de Sitges que, independientemente del género que aborden sus películas, su presencia siempre suele estar asegurada. Bayona debe mucho al festival y viceversa. Recordemos que fue el lugar en el que el director español pudo establecer por primera vez contacto con Guillermo del Toro para la realización de El orfanato, película que poco después se convertiría en una de las proyecciones más recordadas del certamen catalán. Pese a sus últimas incursiones en Hollywood, Bayona sigue escapando siempre que puede para acudir al festival. Por esa razón es entendible que aunque una película como La sociedad de la nieve en cualquier otras condiciones no hubiese entrado dentro de la programación, se haga una excepción para contar de nuevo con uno de los hijos predilectos de Sitges.
Es posible que ahora mismo no haya ningún otro director español que realice películas bajo los estándares de calidad propios de los blockbusters de Hollywood mejor que Bayona. Su capacidad de entender e interpretar cómo funciona lo que vendría a ser el cine clásico americano contemporáneo, teniendo como referente la figura de Steven Spielberg, le ha valido para dirigir una película de la saga Jurassic World y los dos primeros y mejores episodios de la ambiciosa adaptación en formato televisivo de El señor de los anillos. Teniendo en cuenta su veteranía, le venía como anillo al dedo un proyecto como la adaptación del trágico accidente aéreo del equipo uruguayo de rugby que ya retrato Viven. Pese a que la peli de Frank Marshall es una película muy recordada y querida, una readaptación actual del suceso no resulta gratuita ni innecesaria. En primer lugar porque ya han pasado 30 años desde el estreno del film y ha pasado tiempo suficiente como para que los avances audiovisuales tengan algo nuevo que ofrecer a nivel técnico bajo la supervisión de un director como Bayona que recordemos ya es especialista en retratar desastres y catástrofes donde la naturaleza juega un papel demoledor. En segundo lugar porque la película cuenta con un reparto de actores uruguayos que no solo aportan realismo sino también una naturalidad de la que carecía la película predecesora con un reparto de actores americanos. La sociedad de la nieve cumple con dos objetivos principales de una obra de estas características: estar a la altura con la representación de los desastres (no solo la recreación del accidente sino los problemas climáticos) y conseguir que el espectador empatice con el componente humano de la película. En este sentido el film no es solo entretenido y fascinante sino en muchas ocasiones también sobrecogedor. Sin embargo este componente melodramático, aunque la ocasión lo exija, se le escapa de las manos en ocasiones al estar acentuado en demasía tanto narrativamente como con los adornos musicales que llegan a rozar lo insufrible.
La sociedad de la nieve es todo lo que te puedes esperar de una película de estas condiciones dirigida por Bayona. El director está a la altura de las exigencias de una película muy complicada de afrontar en la que tampoco hay demasiado espacio para la innovación o creatividad.