El año 2013 el mundo del anime se vistió de luto para dejarse llevar por última vez por el talento incansable de seguramente el mejor director de anime de la historia. El viento se levanta se percibió mundialmente como el último trabajo de Hayao Miyazaki, no solo por la avanzada edad del director (72 años en ese momento) sino también por el tono semibiográfico y melancólico que desprendía la película. Por esa razón el mundo del cine y especialmente de los amantes de Studio Ghibli quedaron profundamente impactados con la noticia de que el director de obras como Mi Vecino Totoro o El viaje de Chihiro estaba preparando un nuevo proyecto, El chico y la garza.
El chico y la garza nos llega una década después de la última película del director nipón. Miyazaki no se reinventa ni apuesta por un nuevo estilo de animación, está claro que en la veteranía del director yace instalado un estilo propio tan característico que tan solo nos es necesario un fotograma de la película para identificarlo. Pero sí que es verdad que la obra luce con una animación actualizada, donde el dinamismo de la animación, la fotografía, las paletas de colores y la banda de sonido son absolutamente impecables. Narrativamente la película se podría dividir en dos partes claramente diferenciadas. La primera, desarrolla el arco de personaje de Mahito, un adolescente que acaba de perder a su madre en un incendio y que se traslada junto a su padre a un entorno rural salpicado por el contexto de la segunda guerra mundial. Estos primeros compases de película no solo nos hacen venir a la mente películas como Mi vecino Totoro donde también sucede una mudanza y descubrimiento de la magia del entorno bucólico rural, sino que también está grabada con la elegancia y sobriedad de películas de directores clásicos como Yasuhiro Ozu o Mikio Naruse. Es en esta parte en la que el director se permite la licencia de introducir la aparición de un libro, 君たちはどう生きるか, que también es el título original de la obra. La aparición de esta novela no tiene absolutamente ningún tipo de relevancia narrativa dentro de la película, es un simple detalle homenajeando a su infancia que el director no tiene ningún reparo en incorporar.
La segunda parte de la película da rienda suelta al imaginario fantástico propio de Miyazaki y que había pasado algo más desapercibido en una obra más realista como era El viento se levanta. El director japonés no ha perdido para nada la chispa de su creatividad donde pájaros antropomórficos, escenarios inverosímiles, criaturas mágicas y el increíble manejo de elementos como el agua, el fuego o el aire son los protagonistas. Protagonistas de un mundo orquestado por un anciano con el que es imposible no establecer un vínculo con el propio director.
El chico y la garza es un regreso por todo lo alto a la esencia de las películas de Studio Ghibli y a la magia de Miyazaki. Es increíble que el talento de este director siga sorprendiéndonos tras tantos años. Además parece que está viviendo una tercera o cuarta juventud ya que han llegado noticias de que tiene entre manos un nuevo proyecto. Nunca nos cansaremos de Miyazaki y siempre estaremos expectantes de nuevos mundos, personajes y criaturas que hagan expandir uno de los universos cinematográficos más bonitos del planeta.
El chico y la garza (Hayao Miyazaki, 2023)
davis
Chema AR
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