Festival de San Sebastián, día 6: SNOWDEN, JESÚS, EL INVIERNO, YO DANIEL BLAKE y SIERANEVADA

Sexto día de festival, y las horas empiezan a pesar. Tras más de treinta películas consecutivas, la cabeza empieza a pedirnos piedad. Pero claro, entonces, ¿qué gracia tendría esto? Este nuevo día ha amanecido con películas de menos nivel de lo habitual hasta ahora y alguna que otra decepción en la forma de biopic, pero con alguna grata sorpresa. Os lo contamos todo sobre Snowden, Jesús, El invierno, I, Daniel Blake y Sieranevada:

Snowden **

Hace ya tiempo de la época dorada de Oliver Stone, esa que nos regaló Asesinos natos, JFK o Nacido el cuatro de julio, y se nota que su mano cada vez es menos firma y está más diluída. Su último filme, Snowden, no tiene su firma por ninguna parte. Con una realización casi tirante a lo televisivo y un guión que en nada destaca del resto de biopics que nos han llegado los últimos años, esta película no es sino la idealizada versión de Oliver Stone de un personaje tan complejo como es Edward Snowden.

snowden

El gran problema de Snowden es Citizenfour (aunque, personalmente, me quedo con la fabulosa entrevista que le hizo John Oliver en el magnífico Last week tonight): La biografía en imágenes de Stone se queda corta en comparación. Sin juicios de valor. Sin nada que nos haga desconfiar siquiera un poco de Edward Snowden, la película adopta el prisma del héroe, y nada sale de las cuatro paredes en las que Stone le asciende hacia las alturas.

Snowden tiene algún destello que no hace sino hacernos pensar en la película que podríamos estar viendo si Oliver Stone conservara aún la garra y la fuerza de sus inicios. En su lugar, tenemos un biopic con todos los tópicos clásicos del género (incluyendo las siempre odiosas letras finales explicando qué ocurrió después) que no falla ni a la hora de incluir una historia de amor imposible para que el personaje nos caiga más simpático. Lo que Snowden tiene que contar es una historia estupenda que ha marcado la historia moderna. Tristemente, lo narra con condescendencia y simpleza. Una oportunidad perdida.


Jesús *

Me encantaría saber qué pasaba por la cabeza de los organizadores del Zinemaldi a la hora de escoger Jesús como una película de la sección oficial. Realización amateur, actores de tres al cuarto, trama rallando la nadería más absoluta… Lo único que puede hacer que el público vuelva a prestar atención a una pantalla en la que personajes que no le importan repiten una y otra vez palabrotas son los intentos de burda provocación que pueblan el filme.

jesus

Una felación explícita (la segunda en este festival tras la de Fin de semana), dos amantes homosexuales masturbándose sin ocultar nada, un par de momentos de violencia… Jesús intenta mostrar la crueldad de lo que cuenta mediante trucos baratos, pero al final parece un mago que, queriendo lanzar fuego por la boca, termina tragándose la antorcha. Nada de lo que ocurre en la película llega ni al corazón ni al cerebro. Todo queda en tierra de nada. Vacío.

Jesús se olvida en el mismo momento en que finaliza su tedioso visionado, y con razón: es como un niño de diez años que intenta provocar a sus padres diciendo palabrotas. Al final, después del primer shock, es un simple ruido de fondo. Mal.


El invierno *½

No ha habido suerte hoy en la Sección Oficial: Al aburrimiento esperpéntico de Jesús se ha añadido el precioso envoltorio relleno de absolutamente nada de El invierno. Y es una pena: Su director, Emiliano Torres, ha logrado crear un ambiente perfecto, una fotografía magnífica, en la que podría darse lugar una historia épica entre gauchos argentinos, ancianos sedientos de venganza y muerte en las laderas tapadas de nieve.

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En su lugar, nos encontramos con una historia larga, aburrida, que nunca sabe por dónde tirar ni entiende a sus personajes principales, cuyo contexto es narrado para… Absolutamente nada. Conocemos las circunstancias personales de los personajes, pero esto no lleva ni a que entendamos mejor sus acciones, ni a que sus tramas tengan un final. La cosa acaba con una historia sin garra entre un anciano triste, un gaucho sin sangre en las venas y con menos emoción que John McClane en el asilo.

Los que gusten de planos larguísimos sin motivo, de paisajes bellísimos que no aportan nada a la historia y de un guión al que parece que han ido quitando la fuerza y la garra para dejar las partes más aburridas, disfrutarán de El invierno. El resto, casi mejor mirar hacia otro lado. Una pared secándose es igual de blanca que los parajes de la película y entretiene más.


Yo, Daniel Blake ** ½

Ken Loach es un cineasta que hace películas de Ken Loach. Todos sabemos lo que hay. Por eso resulta tan incomprensible su victoria en Cannes, en un festival que contaba con muchas mejores películas que esta historia sobre la lucha contra el sistema en la que la comedia funciona más o menos, la crítica social funciona a pedales y el melodrama barato no pega ni con cola.

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A ratos, I, Daniel Blake parece un vídeo de campaña política de algún partido político: No ofrece matices, no cuenta una historia. Machaca y repite conceptos, una y otra vez, hasta que quedan más que claros. Y es entonces, cuando te ha dejado claro lo majo que es un personaje y lo mucho que quieres verle pasándolo bien, cuando te da el giro al melodrama que no funciona por ningún (pero ningún) lado.

Loach intenta hablar de crisis, problemas con la sanidad, prostitución, pobreza y otros males endémicos de la sociedad moderna mediante los ojos de un carismático y vivaracho anciano, pero lo que hace en realidad es hablar de lo mucho que Ken Loach se preocupa por los pobres mediante los ojos de Ken Loach en una película de Ken Loach. No ofrece nada nuevo, ni ganas.


Sieranevada ****

Si a alguien le dicen “Oye, ahora echan una película rumana de tres horas que transcurre toda en un mismo escenario”, lo más posible es que salga corriendo, batiendo alguna plusmarca de velocidad por el camino. Él se perderá Sieranevada, una estupenda película con tintes de Buñuel y un poco de Berlanga, que desnuda en tres horas la sociedad rumana actual con personajes creíbles y bien guionizados, una dirección que no teme alejarse de la acción para contar lo que le apetece contar y actores entregados a sus papeles.

sieranevadaEn Sieranevada asistimos a una comida familiar en honor de la muerte del patriarca de la familia, años atrás. El problema es que cada uno de los miembros de la familia tiene sus propios objetivos y problemas. Así, se irá mezclando el debate entre comunismo y capitalismo con el maltrato de género, las infidelidades y lo que nunca se cuenta, entre chistes, confesiones, yonquis vomitando, cotilleos y sacerdotes que llegan tarde.

Cristi Puiu nos abre las puertas de una casa delirante, esperpéntica, en la que todos los personajes tienen su propia personalidad y algo que decir. Es imposible acabar ‘Sieranevada’ sin querer sentarte un rato más con ellos y ver qué ocurre ahora. Comedia, drama, historia, injusticias, sorpresas… Esta es una de esas perlas escondidas que de vez en cuando vemos por casualidad. No os la perdáis si tenéis ocasión.

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