Festival D'A Barcelona: Saint Laurent, biopic de un mito

Muchos géneros cinematográficos acostumbran a estar edificados obedeciendo una serie de reglas y pautas dogmáticas e inamovibles que muy pocos directores se atreven a modificar. Géneros como el histórico y sobre todo el biopic, parecen venir con su propio manual de instrucciones. Las obras que retratan una persona emblemática o importante, normalmente siguen un orden cronológico adentrándose en cada una de las etapas de su vida. Siempre se nos vende la idea de que los genios nacieron genios, maduraron genios y murieron genios. Pero muy pocas veces las obras se atreven a dar por supuesto la genialidad del individuo e introducirse en los aspectos internos, humanos y realmente interesantes de estas personas. Saint Laurent en este sentido es un gran biopic que renuncia a las pautas normalizadas sobre este, ofreciendo un nuevo punto de vista.

Saint Laurent

Bertrand Bonello, director, guionista, compositor e incluso actor de la película, reconoce que no le gustan los biopics. Y este factor es clave para entender cómo se edifica el retrato de probablemente el más grande de los emblemas de la moda: Yves Saint Laurent. Lo fácil hubiese sido empezar la obra mostrando a Saint Laurent de niño, interesándose por la vestimenta de las mujeres; más tarde enseñarnos como se introduce en el mundo de la moda, como consigue convertirse en uno de los iconos más importantes de Francia y finalmente su declive y muerte. Pero construir la obra de esta forma es algo demasiado evidente e incluso aburrido. Bonello apuesta por un relato totalmente desestructurado, que no sigue ningún orden cronológico, en el que las hazañas de Saint Laurent no son lo importantes sino las borracheras, los noviazgos, el despilfarro, las fiestas, los narcóticos, los amigos… Apuesta por los tiempos muertos, por aquellos momentos en los que aparentemente no pasa nada relevante dentro de la vida de Saint Laurent pero que nos ayudan a entender como era el personaje y cuál era su particular visión de la vida. Bonello se centra sobre todo en la década de los 70, en los momentos de máximo apogeo del diseñador, en los momentos realmente interesantes de su vida. Hacia el final de la película se intercalan otras etapas de Saint Laurent, sobre todo los momentos cercanos a su muerte, que nos hacen intuir su evolución personal, rellenando los vacíos de su biografía no mostrados en la obra.

Saint Laurent

Más allá de ser una reformulación del biopic, Saint Laurent goza de un estilo visual y sonoro muy cuidados y acorde con el discurso. Las buenas interpretaciones de Louis Garrel y Léa Seydoux adornan al grandísimo papel que encarna Gaspard Ulliel como Saint Laurent, que contribuye a otorgar el suficiente realismo necesario dentro de una obra cubierta de una atmósfera muy onírica.

Poco importa si el biopic está autorizado o no, si es realmente fiel con la realidad, si es justo o no con la vida de Saint Laurent o si deja de lado muchos aspectos importantes de su trayectoria. Lo que realmente importa y hace de Saint Laurent una obra como mínimo interesante, es su peculiar visión del diseñador y su forma de alimentar al gran mito que se construyó entorno a su figura.

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