Vivimos en una era en la que es habitual elaborar listas y querer clasificar películas y directores, cuáles son mejores y peores. Por estos motivos me he atrevido a realizar un ránking de cien directores de cine en el que he querido incluir cineastas de todas las épocas, países y estilos. No pretende ser tanto una lista de cien mejores directores como sí una lista de cien artistas que me han marcado como cinéfilo y a los que pretendo hacer justicia, ya que hay nombres que seguramente sorprendan a más de uno. Con cada director habrá una pequeña respuesta a por qué los he colocado en este ambicioso listado. Comenzamos!
Siempre olvidado por la crítica internacional. Seguramente el mejor director nacido en Sudamérica con permiso de Glauber Rocha. Autor de una filmografía intachable, espaciosa en el tiempo y con obras muy humanistas y valientes repletas de personajes que intentan buscar su propia identidad. Una mezcla perfecta de buen guionista y todavía mejor director, al que no le hacen falta artificios de ningún tipo.
Por ser la única mujer de ese movimiento francés de finales de los cincuenta y comienzos de los sesenta, por su cariño al cine hasta el último día de su vida, con una pasión desbordante por el séptimo arte. Por el fatídico viaje de Bonnard en esa road movie inolvidable a finales de los ochenta. Por sus documentales que narran la cotidianidad del día a día. Siempre se involucró por retratar a colectivos desfavorecidos con una mezcla de realismo y fantasía que la auparon a lo más alto. Pocas mujeres cineastas han tenido la trascendencia de esta directora belga afincada en Francia.
Por ser el mayor retratista que ha habido sobre los perdedores y los marginados en la sociedad finlandesa, pudiéndose trasladar a otros países. Todo esto mezclado con un humor negro inconfundible y un patetismo que acaba resultando tierno, por mucho que esto suene contradictorio. Y uno de esos cineastas que con un solo fotograma podemos reconocer una obra suya.
El más occidental de los directores japoneses, el más universal y uno de los maestros absolutos de la historia del cine con una filmografía amplia y excelente. Un cineasta, que además de ser un virtuoso técnico, se consolidó por su humanismo, por su veraz visión pesimista del ser humano como muestra en la solitaria e impresionante Ikiru. También un retratista extraordinario de las escenas de guerra medievales de su país.
Escribí antes que esta lista no tenía orden de preferencia pero seguramente este rechoncho británico se colaría en el número uno de cualquier lista. En un arte tan subjetivo creo que prácticamente todos diríamos que Alfred es el director con más obras maestras absolutas del cine. Él fue el rey del suspense por su dominio de los trucajes, admirado por la crítica e imitado por una lista eterna de directores de generaciones posteriores, como Brian de Palma. El cine no sería lo mismo si él no hubiese existido.
El director más prolífico de Hollywood. Un chico para todo, un artesano capaz de hacer cualquier tipo de película y en muchos casos con total éxito. La economía narrativa en sus filmes es una de sus mejores cualidades, capaz de contar historias interesantes en menos de ochenta minutos. Su obra contiene un puñado de películas espectaculares, trepidantes, violentas, reflexivas y feroces como la fantástica The River Edge o la infravalorada Woman They Almost Lynched.
Por ser un maestro de la economía narrativa y por su agilidad para abordar historias interesantes desde el primer instante pese a los escasos presupuestos con los que en muchas veces contó, sobresaliendo en el cine negro e incluso en el western.
El poeta del cine. El autor que llevó al cine hacia un lirismo extremo, con planos que son obras de arte por sí mismos, por esos planos secuencia que conjugan la nostalgia de sus protagonistas con el sonido de los elementos de la naturaleza. El cineasta con la obra más bella que un servidor ha conocido. Un artista y un apasionado por su trabajo.
De los pocos realizadores contemporáneos que se van a colar en esta lista tan especial. El mejor cineasta que ha dado Rusia tras Tarkovsky. Un realizador con un universo fílmico muy característico, de los que cree más en la calidad que en la cantidad, con pocos trabajos pero todos ellos trascendentes y que mejora con el paso del tiempo. Un maestro a la hora de crear dramas de inmensa potencia visual, repletos de personajes con vidas durísimas por culpa de cargas familiares del pasado.
No voy a venir aquí a decir que ha realizado mejores westerns que John Ford, pero sin duda alguna es el cineasta que más se le ha acercado, por lo menos en calidad. Mann no tiene nada que envidiar a los directores contemporáneos de su época, iniciándose en el cine negro con obras de poco presupuesto en las que demostró una habilidad especial para narrar historias como en la fabulosa T-Men sobre los agentes del tesoro norteamericanos. Sin los westerns ya estaríamos hablando de un fantástico director pero tras esta prolífica etapa filmó inolvidables y sólidas películas con James Stewart que son patrimonio del séptimo arte, ofreciendo siempre un protagonismo brutal a los paisajes, que funcionan como metáforas de las historias que cuenta.
Junto a Stanley Kramer mi director predilecto de la generación de directores procedentes de la TV norteamericana. Por su destreza para describir una sociedad yankee violenta y agresiva y con todo tipo de prejuicios, teniendo siempre presente temas sociales e historias realistas. No tiene la filmografía de muchos otros de esta lista pero su emotiva, dolorosa y honesta The Miracle Worker con una Anne Bancroft en el mejor papel de su carrera bien merece auparse en un ranking de este nivel.
Por ser el mejor narrador que han visto mis ojos de las disputas familiares en el seno de un hogar. Un maestro absoluto de los dramas domésticos que ha ido evolucionando su estilo desde su debut a comienzos del siglo XXI. Uno de esos directores capaces de llenar películas con mucho diálogo y que nunca caiga en lo estéril, siempre con un sentido narrativo. El cine iraní está en las mejores manos posibles tras la muerte de Kiarostami.
Además de tener méritos sobrados para colocarse en cualquier lista de este estilo estamos ante el director por el que me apasioné por el cine junto a Woody Allen. Por ser el rey de la comedia universal, por dominar hasta el cine negro como en la perfecta Double Indemnity, por su legendario dueto con Jack Lemmon o por sus mordaces críticas a la sociedad, en especial a ese periodismo carroñero cuyo mayor ejemplo es Ace in the Hole, uno de los dramas más ácidos y corrosivos que he tenido el placer de presenciar. Una filmografía prácticamente inmaculada.
Por no caer en lo ridículo al querer imitar a Hitchcock, lo cual ya dice mucho de este director norteamericano más talentoso a la hora de realizar thrillers y películas de acción que coetáneos suyos como Spielberg o George Lucas, aunque su carrera haya caído a partir de los años noventa exceptuando la valiosa Redacted. Su filmografía contiene un puñado de obras míticas de suspense y la mafia, adentrándose con éxito en los dramas psicológicos.
En palabras de un servidor tan solo John Ford y Anthony Mann pueden superar al bueno de Boetticher en cantidad de buenos westerns. Por hacer mucho con tan poco, dirigiendo filmes eficaces, veraces, ingeniosos y rápidos con muy poco presupuesto. De esos directores que da la sensación de que se le caían las obras maestras de las manos. Su colaboración con su actor fetiche con Randolph Scott es patrimonio mundial del cine.
Uno de los grandes perfeccionistas de la historia del séptimo arte. Su puesta en escena repleta de misticismo, misterio, sobriedad y belleza plástica son marca de la casa, nada falta y nada sobra en cada uno de los trabajos del realizador danés. Su obsesión por la búsqueda de la perfección nos ha permitido contemplar una filmografía escasa en comparación con otros, pero con una calidad casi inigualable. Vean los planos secuencia de Ordet, Gertrud o Dies Irae y recuperarán la fe en la vida. Un maestro insuperable.
¿Hace falta decir algo sobre el bueno de Chaplin? Se hizo famoso a la par que Charlot, su personaje estrella, ese vagabundo quijotesco injustamente utilizado por los demás. Sus historias son a priori simples pero al mismo tiempo llenas de poesía y humanidad. Estamos ante un cine atemporal al que no le hacen falta las palabras para transmitir los sentimientos más íntimos. Su obra fundía la comicidad y el patetismo, la emoción con el sufrimiento. Chaplin fue simplemente un crítico del orden establecido con un contenido social y político que quien les diera a muchos cineastas actuales disfrazados de jueces sociales de la gran pantalla. El mayor icono que ha dado el cine en toda su historia.
He escrito mucho sobre él y me repito en que es el mejor cineasta alemán de los últimos tiempos y uno de los realizadores actuales más interesantes. Creador de atmósferas frías y gélidas, con sus protagonistas atrapados por su situación personal o familiar. Al director teutón lo podríamos definir, como ya he realizado en otro artículo, como un retratista de vidas fragmentadas, construyendo personajes que se encuentran en situaciones límite. Sin ser el mismo tipo de cine me recuerda a Antonioni en la manera de transmitir la incomunicación entre sus personajes, algo patente en todas sus obras, donde destaca Barbara, con una Nina Hoss que es la musa perfecta de este realizador trepidante.
Si hablamos de thrillers o películas de suspense en el cine europeo tendríamos que colocar a este señor en un plano central. Por sus obras concisas que funcionan como una crítica brutal de la burguesía francesa, mostrando sus secretos, traiciones y mentiras. Su filmografía resulta extensa y está plagada de calidad e intriga, sobre todo durante los años sesenta y comienzos de los setenta y una etapa muy fecunda en toda la década de los noventa y principios de los años 2000.
El mejor contador de historias que ha dado el cine norteamericano en los últimos cuarenta años, repartiendo obras maestras imperecederas por doquier, sin ponerse del lado de ningún colectivo en concreto, creando personajes con un gran trasfondo emocional. De esos cineastas que ha conquistado a casi toda la crítica internacional, con lo difícil que esto resulta.
CONTINUARÁ…