Mi amor

Mi amor, recuerdos con sentimiento

Las relaciones de pareja son complicadas. Si ceden los dos todo es mucho más sencillo, si uno se hace el remolón y no accede a nada entonces es que algo falla… En Mi amor, Emmanuelle Bercot es Tony, mejor actriz en el pasado festival de Cannes de 2015, una mujer que ha sufrido un accidente mientras esquiaba y que ahora prepara la recuperación de su lesión en un centro que no solo rehabilitará su pierna sino también su vida, hecha añicos. Aprovechará ese momento para hacer un ejercicio recordatorio a modo de flashbacks sobre el gran amor de su vida, aquel que hizo realidad su sueño de ser madre pero que también se convirtió en su pesadilla pues llegó a controlar todo lo que hacía, un hombre que manejó los hilos de la relación a su gusto.

Mi amor

La vieja fórmula de chica conoce chico, ambos se enamoran y son felices y comen perdices aquí no cuela porque esta vez no todo acaba bien, esta vez el divorcio y la pelea por la custodia de su hijo es el final que se antoja más realista y más esperado.

Georgio, un gran Vincent Cassel, es un hombre inmaduro, seductor y fiestero que seduce con su labia a las mujeres cada vez que sale por ahí. Entre sus armas cuenta con un magnetismo arrebatador y una gracia francesa muy elegante que a veces ofende sin querer. Tony por el contrario es la madurez personificada, siempre centrada en su trabajo de abogada no tiene tiempo para coqueteos de una noche pero esto va a cambiar cuando conozca a Georgio. No todo va a ser un camino de rosas. Las drogas en un momento dado entran en la vida del matrimonio junto a unos celos enfermizos que derivarán en unas infidelidades no planeadas que son aceptadas y perdonadas más de una vez ¡Mal hecho! Tony nunca será feliz, la única manera de conseguirlo es que su marido desaparezca de su vida para que no centre toda su atención y su cariño en él, pero eso se antoja imposible pues el hijo que tienen en común posibilita que tengan que verse a menudo, propiciando nuevos momentos de debilidad y recaídas en forma de noches de sexo y pasión salvaje que nunca llegarán a nada. Una relación amor-odio autodestructivo para ambos o una montaña rusa sin futuro.

Mi amor

Eso es Mi amor de la directora y actriz Maïwen a la que ya conocemos por el conocido film dramático Polisse del 2011. Un torbellino de pasiones disfrutadas con un mismo patrón y un desenlace abierto pero con futuro muy predecible. Su pasada historia tiene mucho de corazón y muy poco de cabeza. Dos personas que se aman pero de diferente manera, una egoístamente y la otra dando todo lo que tiene que es mucho. Una que dejaría a un lado todo lo que posee y todo lo que es desdeñando los consejos familiares, como por ejemplo de su hermano y otra que jamás abandonaría viejos hábitos ni antiguas conquistas de portada de revista. Los dos conocen los puntos débiles del otro pero mientras que uno aprovecha ese conocimiento para intentar arreglar esa relación el otro los usa para atacar y hacer daño ¡usando a su propio hijo como arma de chantaje cuando no sale todo como él desea! A veces no es suficiente ser un buen padre y un buen amante también hay que ser un buen amigo y ejercer como marido fiel.

Mi amor coloca en un altar a sus dos protagonistas a los que endiosa con una interpretación colosal y grandiosa. Los gritos, lloros y sufrimientos que padecen son tan reales que no solo nos los creemos sino que los hacemos nuestros guardándolos como un tesoro.

Mi amor

Esa es la verdadera magia de un film que avisa para no ser traidor, en el mundo hay muchos Georgios, ranas vestidas como príncipes con cabello al viento.

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