Festival de San Sebastián 2019 (Sección Oficial): «Pacificado», «Thalasso» y «Vendrá la muerte y tendrá tus ojos»

Hay veces que el día empieza torcido en un festival de cine, y película tras película, no terminas de entrar en ninguna hasta que, al final, justo sobre la bocina, hay una que lo salva todo. Para empezar, en Sección Oficial hemos visto cine de favelas (Pacificado) , de escritores (Thalasso) y poemarios visuales (Vendrá la muerte y tendrá tus ojos). ¡Bienvenidos al Zinemaldi!

Pacificado (Paxton Winters) ** ½ 

Pacificado

Ya ha llovido desde que Fernando Meirelles y Kátia Lund mostraran al mundo las favelas brasileñas en Ciudad de dios, y no son pocos los que se han acercado al drama desde entonces, desde visiones críticas como Tropa de élite hasta dramas como Ciudad de los hombres. El drama de las favelas, siendo terrible y terrorífico, no supone una revolución y hay que buscar algo más para marcar la diferencia. Pacificado parte de un magnífico punto de partida (la policía pacificadora que puso orden en las favelas durante el Mundial de fútbol) pero lo echa a perder con un relato que, tristemente, ya hemos visto en otras ocasiones. 

Cuando el punto de vista del film es el de una adolescente de trece años que se ve obligada a vender baratijas a los visitantes de Río de Janeiro y que debe hacer frente a una familia caída en desgracia, la película gana enteros: aunque no es original, este inicio es lo suficientemente potente e intimista como para mantenernos pegados a la pantalla. Pronto, la historia pega un giro y se centra en Jaca, el antiguo líder de las favelas que acaba de salir de la cárcel y no desea retomar su reinado, sino abrir una pizzería napolitana. A partir de aquí, los personajes no paran de aparecer y el interés decae, hasta un tercer acto en el que la violencia corre libremente pero sin llegar a ser impactante o llamativo. 

Pacificado no saca provecho de su idea inicial y el resto del relato lo aqueja, dando vaivenes continuos entre diferentes tramas que, si bien no son aburridas, sí suenan a reposiciones vistas mil veces antes. Otra vez será.


Thalasso (Guillaume Nicloux) ** 

Thalasso

El otro día fui a una fiesta en la que no conocía a nadie, pero todo el mundo parecía pasárselo muy bien. Yo estaba fuera de todo, pero la gente se reía muchísimo, así que la culpa debía ser mía por no entender lo que estaba pasando. El problema es que la fiesta era en una sala de cine, y el protagonista Michel Houllebecq alojado en un spa relajante: Thalasso.

El humor de Houllebecq, aquí acompañado por un Gerard Depardieu que no teme ponerse en ridículo a sí mismo tantas veces como haga falta, no es para todo el mundo ni causa la risa fácil. Está claro: yo soy de los que no terminan de entender qué es lo que quiere hacer, y de los que sienten que la gracia se termina después de los primeros diez minutos, donde vemos al escritor y artista totalmente desubicado. A partir de aquí el film se va por el desagüe y no vuelve a remontar, con una trama en la que se mezclan exmujeres liadas con jovencitos, baños de barro pesadillescos y señores con metralletas. Si os gustó El secuestro de Michel Houllebecq, la precuela de esta cinta, aquí encontraréis más de lo mismo, dirigido también por Guillaume Nicloux. 

Y si le encontráis la gracia, por favor, id a esa fiesta en la que me he sentido totalmente perdido y contadme el chiste. 

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos (José Luis Torres Leiva) *

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

Podría decir que Vendrá la muerte y tendrá tus ojos es un bello e intenso poema visual narrado con cuadros en los que cada imagen tiene la potencia suficiente para soportar la nulidad de su texto narrativo, y cuya percepción del tiempo es un alivio en la sociedad ajetreada en la que nos movemos. Podría decir que el director es un maestro a la hora de componer los planos y ejecutar un ritmo narrativo algo perjudicado por los estándares del cine convencional. Podría hablar de sensibilidad exquisita, de historias dentro de historias, de vida y muerte, de enfermedad y amor, de caos y dulzura. Pero en estas críticas os cuento la verdad.

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos es, salvo personalidad muy intensa o amor loco por el cine pausado, una turra descomunal. Una mujer se acerca a su novia, enferma terminal, y le da un beso en el cuello. Después, se quedan abrazadas en un bonito plano que dura cinco o seis minutos de absoluto silencio, solo entrecortado por el sonido ambiente. La poesía no tiene por qué ser aburrida. Un “poema visual” no tiene por qué ser lento, pausado y más una exposición de diapositivas que una película. Se puede ser bello, abstracto y onírico moviendo la cámara. Demonios, Un perro andaluz es poesía audiovisual absoluta y no paran de ocurrir cosas que analizar aún a día de hoy.

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos es un mediometraje al que se le han insertado un par de cortometrajes por el medio para rellenar los minutos necesarios. Tampoco era necesario. Hablar muy bajito y realizar composiciones visuales que duren minutos no es poesía audiovisual: es algo de primero de audiovisuales, tan repetido en las escuelas y los festivales de cine que a día de hoy debería estar absolutamente sobrepasado. Sí, sabes hacer unos planos muy bonitos. ¿Y ahora qué? 

CONTINUARÁ…

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