Festival de Sitges 2018: GHOSTLAND de Pascal Laugier

Pascal Laugier volvía a Sitges diez años después de que presentará su emblemática Martyrs. En la presentación de Ghostland, su tercer film, confesó que Sitges le sirvió para impulsar su carrera y es donde se sintió por primera vez acogido y valorado como cineasta. Es bastante triste que en sus catorce años como director solo haya podido realizar cuatro películas. Martyrs es sin duda una de las películas de terror más impactantes de los últimos años. Un film mutante, sin pelos en la lengua, grotesco y muy provocador. Por eso todo el mundo en el festival de Sitges esperaba con ansia poder ver su último trabajo.

Ghostland

Los veinte minutos de Ghostland recuerdan mucho a la capacidad camaleónica de Martyrs de contener muchas películas en una sola. El film empieza con una madre y sus dos hijas mudándose a una mansión bastante críptica. Al llegar se ven asediadas por dos hombres que cargan contra ellas violentamente para hacerse con la casa y mantenerlas como esclavas. Las tres intentan defenderse como pueden y cuando parece que el conflicto se resuelve saltamos en el tiempo varios años hacia delante. Una de las hijas se ha convertido en una escritora de mucha fama y convive cada día con los recuerdos perturbadores de cuando ella y su familia fueron asaltadas. La película parece que vuelva a empezar pero enseguida volvemos al momento del asalto, nada es lo que parece y este salto al futuro se nos muestra como una proyección de la protagonista para evadirse de la realidad. Estos primeros treinta minutos de confusión, son muy desconcertantes para un espectador que no sabe por donde coger la película. Pero Ghostland se instaura en la estabilidad narrativa y acaba convirtiéndose en una película clásica de terror. Las dos hermanas son manipuladas y utilizadas como quieren los dos monstruos que han invadido su casa. Pero no se estarán de manos cruzadas y harán lo posible para salir del infierno.

Los dos personajes que encarnan el mal dentro de la película pese a ser un poco estereotipados son muy intrigantes. No conocemos absolutamente nada de ellos, solo su necesidad de hacer daño y utilizar a su conveniencia a los seres humanos. Esto es quizás lo más terrorífico, no conocer el motivo de sus intenciones, verlos moverse ciegos por la maldad. El film falla cuando vuelve a los “saltos temporales” desviando la atención del espectador y situándoles en un plano que no le resulta interesante. La acción está dentro de la casa y en las jóvenes resistiendo las sacudidas de sus agresores. Ghostland es una película mas instaurada en el terror clásico que Martys cuyo tratamiento era más experimental. Pero es una película que nos muestra a un Laugier con muchas ideas y ganas de realizar buen cine. Esperemos que en el futuro tenga más oportunidades y podamos volvernos a meter en sus pequeños e inquietantes universos.

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