Resident Evil: Extinción (2007), se hizo la luz

Habíamos dejado a nuestros nuevos amigos rescatando a Alice de las garras de la Corporación Umbrella. Los malos se habían puesto a experimentar con ella y averiguamos que la chica era un poco superdotada. Ahora quedaba ver cual era el camino que elegía Paul W. S. Anderson que aunque no dirigía seguía escribiendo los guiones y produciendo las películas, así que algo de responsabilidad tenía. Por fortuna Paul fue ingenioso e ideó un entorno estupendo para continuar la saga.

En primer lugar, eligió a Russel Mulcahy un eficaz artesano curtido en el cine de acción de los 80 y 90 que tenía la sobrevalorada Los Inmortales como principal baza en su curriculum. Después desarrollaron la idea principal sobre la que giraría la cinta: el sol y la luz como protagonista absoluto. Si en las anteriores entregas primaba la oscuridad y el terror aquí se optó por la claridad y la acción en estado puro.

Al final la excusa argumental termina siendo lo de menos. Un grupo de supervivientes del holocausto zombie vaga por los desiertos de Mojave y Las Vegas mientras vamos descubriendo nuevas capacidades de nuestra querida Alice. En paralelo, los malos seguirán con sus cosas de experimentos creando nuevos monstruos con los que recrearnos. Por el camino, un par de excelentes escenas de acción como la del ataque de los cuervos no muertos y la parte de los zombies en Las Vegas, dando lugar así, como quien no quiere la cosa, a la mejor película de lo que llevamos de saga.

En esta ocasión los aficionados a los juegos se tuvieron que conformar con menos referencias de las habituales. Se nos presentó al personaje de Claire Redfield que se unía a la lista de chicas deseables de la saga y recuperábamos a Carlos Oliveira de la anterior película. La trama no se basaba en ninguna historia de los juegos pero a nadie pareció importarle lo más mínimo visto el éxito.

Y de nuevo Milla dándolo todo. Con el sol bronceando su tez blanquecina en nada le afectó aparecer sucia como si de un Mad Max se tratase. Puedo afirmar con rotundidad que Milla Jovovich es la única mujer del universo a la que el peinado abertzale que luce en esta película le queda bien. Además ella misma se diseñó los modelitos que saca y después sacó una colección para venderla. Un partidazo lo de esta muchacha.

 

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