Norman, el hombre que lo sabía todo

Norman, el hombre que lo conseguía todo, el cuento del judío cortesano

Richard Gere presentó este miércoles en Madrid su último estreno conocido. Parece que todavía tiene gancho porque la Gran Vía se llenó de gente que esperaba la llegada del emblemático actor. ¡Como hemos cambiado! El atractivo madurito que se llevaba siempre a la más guapa de todas las fiestas y saraos ahora tiene otras cosas en las que pensar y se dedica a labores humanitarias ayudando a los más necesitados. En Norman, el hombre que lo conseguía todo, interpreta a un extraño hombre judío que vive en Nueva York y que conoce a casi todo el mundo ¿A qué se dedica? La verdad es que es difícil definir su trabajo. En parte es consejero, analista y asesor, una especie de amigo y mano derecha e izquierda de personalidades importantes de la política, religión y economía del país en el que vive o cualquier otro como Israel. Es como el personaje del cuento del judío cortesano que tras conocer a alguien con potencial para ser en la corte el más poderoso, aquí Micha Eshel, el futuro Primer Ministro de Israel, le regala un presente, unos zapatos muy caros y más tarde lo toma como consejero para que lo guíe en su reinado o en este caso el desempeño de su cargo tomando parte en las decisiones más difíciles como un posible pacto de paz en Oriente Medio. Cuando los enemigos y la intriga aparezcan alrededor de Eshel, Norman Oppenheimer deberá renunciar a esta amistad y alejarse de todo y todos desapareciendo del mapa.

Norman, el hombre que lo conseguía todo

La idea es que este hombre con abrigo, boina y cartera caiga bien. No importa tanto que comprendamos cual es el trabajo exacto que desempeña ni que descubramos la extraña ausencia de la familia a a que no vemos. Parece que solo las amistades y contactos que ha hecho o que hará, en una especie de red de influencias tejidas a base de mucha insistencia y estudio, pueden hacerle feliz y ayudarle a sobrevivir en la gran ciudad. Aprovechándose de encuentros casuales o preparados y reuniones y fiestas públicas y también privadas irá escalando posiciones en las altas esferas hasta ser un peligro para algunos de ellos al conocer ideas y proyectos secretos.

El cuento tragicómico que es Norman, el hombre que lo conseguía todo consigue al principio atraer nuestra atención con la presentación de los dos personajes principales pero luego decae al no explicar con claridad a qué dedica su tiempo libre y laboral el bueno de Norman. Joseph Cedar no define bien algunos de los personajes, como el del rabino Blumenthal o la agente Alex Green y solo entretienen algunas escenas como la presentación del doble de Norman, con entrega de tarjeta incluida o curiosas informaciones que al final tienen su explicación ¡Más de una vez me pregunté porque el director nos contaba cosas como la alergia de Norman a los frutos secos!

La estructura en forma de capítulos no es nada novedosa, Quentin Tarantino está harto de usar esta fórmula. En Norman, el hombre que lo conseguía todo va como la seda porque refuerza en mayor medida la sensación de parábola o cuento por capítulos con comienzo, nudo y desenlace. Cada uno hallará la enseñanza que considere o aprenderá una valiosa lección de vida. Esa es la intención y creo que está conseguida conociendo los milagros de este hombre solitario que para bien o para mal cambió la vida de muchas personas.

Norman, el hombre que lo conseguía todo

Por momentos hasta llegué a pensar en que era un ángel caído que estaba en Nueva York buscando sin radar a seres humanos que necesitaban su ayuda. De ahí que no tuviera familia ni se preocupara por ella y que conociera a tanta gente sin haber establecido anteriormente ningún contacto. Joseph Cedar insiste en el uso y abuso del periódico como razón posible pero a mí no llega a convencerme. Con esta teoría también encontraría explicación la presencia del joven que imita a Norman y que en realidad sería otro ángel que se encuentra en Nueva York como él y que viene a ayudarlo, tal y como él hace con los demás. Supongo que un segundo visionado desechará esta idea o a lo mejor la reforzará, una especie de Sexto sentido sin fantasma pero con otro ser sobrenatural. Lo que está claro es que este hombre consigue que todos progresen, hagan realidad sus deseos y salgan de difíciles situaciones o crisis, básicamente lo que en la realidad está pasando con el señor Richard Gere.

Hay que recordar que la recaudación del preestreno de Norman, el hombre que lo conseguía todo el día 31 de mayo ha ido a parar a la fundación Juegaterapia que ayuda a los niños enfermos de cancer o a la Fundación ICT, The International Campaign que se encarga de promover los derechos y libertades para el pueblo del Tibet.

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