Men in Black 3, algo medianamente distraido

La primera Men in black fue un éxito sorpresa, eso es así. Nadie se esperaba que una película protagonizada por un incipiente Will Smith y el director de La Familia Addams fuese a dar resultado. Además salía Tommy Lee Jones que no es que lleve a las masas a las salas. El secreto era una eficaz traslación de una estética de dibujos animados y una corta duración que ni siquiera llegaba a los 90 minutos. Ya la segunda parte perdía parte del encanto y tuvo la mala suerte de toparse con Bin Laden: el tercio final de la película se desarrollaba en torno a las Torres Gemelas y tuvo que replantearse precipitadamente debido a hechos ya conocidos. Esto la convertía en una película muy deslabazada con unos cambios de ritmo y tono muy evidentes que terminaba aburriendo. Además no repitió el éxito de la primera parte.

Diez años hemos tenido que esperar para ver esta tercera parte a mayor gloria de Smith que es el protagonista absoluto. ¿Ha merecido la pena esperar? Pues la verdad es que da un poco igual y, en el fondo, es de lo peor que puede pasar. Men in black III es mejor que la segunda, eso es fácil, pero lo que en la primera era frescura y originalidad aquí ha desaparecido. Estamos ante la típica película que se deja ver con momentos en los que te sorprendes a ti mismo pensando en tus cosas para acto seguido sonreír con alguna gracieta.

Lo que más me sorprendió de Men in black III es la escasa presencia de los extraterrestres en la trama. Hay un malo extraterrestre y poco más. Lo que en las anteriores entregas era una baza (ver la interacción de éstos con el mundo de los humanos) aquí desaparece. En este aspecto solo se puede destacar la presencia de rostros conocidos en la pantalla gigante que monitoriza la actividad de los aliens en nuestro planeta.

El viaje al pasado del personaje de Smith para encontrarse con un joven Tommy Lee Jones interpretado por Josh Brolin tampoco tiene mucha chicha que digamos. La divertida encarnación de Brolin pierde impacto demasiado pronto y ni siquiera se le saca partido a la visita a La Factoría de Andy Warhol o a las paradojas temporales.

En conclusión, una cosa que se ve con el piloto automático de pasar un rato medianamente distraído sin mucha exigencia. Reseñar, eso sí, el excelente uso del 3D en ciertas escenas, de lo mejorcito visto en un tiempo.

 

1 comment

Deja un comentario

You May Also Like

Festival de Málaga 2018: «Las distancias», como en los viejos tiempos

Creces, te haces mayor, empiezas a tener responsabilidades y la cosa cambia; tu cambias. De repente, te pones a recordar y echas cuentas: resulta que hace tres años que cortaste…
Ver entrada

Thor: Ragnarok, ¿quién necesita un martillo?

Si hay alguien que todavía se acuerda de Thor: El mundo oscuro, recordará lo que pensó nada más verla … pero como no hay nadie que se acuerde, nunca lo…
Ver entrada

Festival de Málaga: Hablar, los actores y la palabra

Joaquín Oristrell confirmó su carrera como director con su tercera película, Sin vergüenza, que se hizo con tres premios en el Festival de Málaga de 2001. En esta película Oristrell se…
Ver entrada