Hombres, Mujeres y Niños, la pérdida del lenguaje

Tal vez para algunos, la nueva película de Jason Reitman (Juno, Up In The Air) pueda parecer una noñería típica de estas fechas, aunque realmente la historia no transcurra en navidad.

Los que estamos al otro lado de la línea pensamos que con este nuevo film, en principio nada apetecible por ser la típica película que reúne a un elenco demasiado grande como para poder encariñarte con alguno de los personajes, es una de esas películas que pasará sin pena ni gloria por las taquillas, pese a ser tremendamente buena y analizar sin tapujos la sociedad en la que vivimos.

Hombres, mujeres y niños, funciona a varios niveles. Uno, el más común, la relación entre padres e hijos, siempre complicada y nunca satisfactoria para ninguno de los dos bandos. Otro, la relación de los adultos, tan perdidos como esos niños de instituto de los que son padres, intentando recuperar la magia, ya sea en su relación o en su vida diaria. Y por último, el nivel más actual y que mejor funciona en la película, el de los nuevos medios de información. Nombrar de pasada la buena composición de imagen para incrustar los textos de whatsapp o de tablones de Facebook, una seña inequívoca de la importancia de estos métodos de comunicación que han llegado a implantarse en nuestro cine.

Hombres, mujeres y niños Que no parezca esto un momento panfletario, pero la crudeza con la que se muestra la dependencia, y desconocimiento, a la que estamos sumidos a redes sociales y móviles, funciona a la perfección en una película que precisamente muestra eso, cuanto más conectados, más perdidos.

Mención especial a dos puntos esenciales: el primero, Jennifer Garner, atrás quedaron momentos de saltibancadas (si es que esa palabra existe) y de heroínas de cómic, ahora transformada en una madre de familia respetada, capaz de hacer sentar la cabeza a todo un Batman, confecciona un papel vital en la vida de todo adolescente. El de una madre posesiva, torpe, pero siempre en posesión de la verdad, lo hace tan bien, que el rechazo que siente el espectador es brutal, como si de una villana de comic se tratase, para solo reconciliarte con ella en el momento final del cierre de su historia. Y el segundo, la música. Sin hacerse tediosa, llena absolutamente todos los silencios de la película, y hay muchos porque muchas de las escenas son gente a solas en su habitación escribiendo a otras personas que también están solas.

Hombres, mujeres y niños

Puede que con Hombres, mujeres y niños estemos ante esa película ‘sleeper’, de la que nadie ve pero todos han oído hablar, una película sencilla sobre la sociedad actual. Y recuerda, Adam Sandler actúa y lo hace bien. Que esto no sea motivo para no ir a verla.

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