Hoy se estrena en España la segunda versión cinematográfica sobre el mito de Hércules, nueves meses después de la mediocre Hércules: El origen de la leyenda que muchos aún no hemos podido olvidar.
En esta ocasión la película se centra en mostrarnos un Hércules humano que explota la creencia de que es un semidiós, es decir, Dwayne Johnson interpreta a un tipo grandote y muy fuerte pero que no tiene un origen divino, sino que está bien acompañado de un grupo de aventureros que le ayudan con sus misiones. Hércules es en un mercenario más que lucha por oro. Contrariamente a lo que pudiera parecer, humanizar la figura de Hércules y dar una explicación racional a cada uno de las leyendas míticas es una de las mejores ideas de la película, al igual que incluir la figura del primo de Hércules, lolaus (Reece Ritchie), que será el narrador (inventor) de sus grandes hazañas.
Después de acabar los Doces trabajos Hércules es contratado por el rey de Tracia, Lord Cotys, para transformar su ejército en un ejército que pueda luchar contra los rebeldes y unir toda Tracia en único reino. Cada uno de los acompañantes de Hércules enseñará una habilidad a las tropas y juntos emprenderán una lucha motivada por el oro pero que será un poco más complicada de lo que parecía al principio.
La campaña promocional de Hércules ha girado alrededor de Dwayne Johnson y lo cierto es que cumple las expectativas puestas en él, intentando acabar con el papel de Hobbs de la saga A todo gas. Con todo, el guión no le deja demasiado margen de maniobra para el lucimiento interpretativo más allá de enseñar brazo (¡y vaya brazo!) y un par de gags cómicos.
El resto de los actores tienen papeles correctos, aunque habría que destacar el de Ian McShane como Amphiaraus y el de John Hurt como Lord Cotys. En la parte negativa tenemos a un Joseph Fiennes con una hojita de laurel en la cabeza que interpreta al rey Eurystheus y que podría ser una parodia de sí mismo todo el rato.
A diferencia de la cinta de Renny Harlin, esta versión de Hércules huye de toda pretensión visual heredada de 300. Aquí las luchas son a la antigua usanza, sin cámara lenta y sin demasiadas complicaciones. Los efectos especiales, aunque mejores que en su predecesora temporal, por desgracia no son una maravilla y se echa de menos algo más de presupuesto para las batallas con muchos guerreros o el resultado final de la interacción con algunas de las bestias mitológicas.
Y por desgracia el trailer de la película utiliza todas y cada unas de las escenas interesantes de la película (tanto las de lucha como las de humor) por lo que si alguno ya lo ha visto debo advertirle que no va a encontrar mucho más de lo que allí se nos muestra.
Con todo, el resultado final es una película de aventuras correcta y que sin ser la película definitiva de Hércules sí que aporta un punto de vista diferente (esto se lo debemos al cómic Hércules: The Thracian Wars escrito por Steve Moore). Por desgracia habrá que esperar a la próxima revisión del mito para ver si esta vez sí tenemos lo que todos estábamos esperando.
Pablo Parrilla
Alejandro García
Paco Casado
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