Figuras ocultas, las tres de la NASA

En los años sesenta en España tuvimos a las tres de la Cruz Roja. En Estados Unidos sin embargo trabajaban y casi vivían en las instalaciones de la N.A.S.A. tres mujeres matemáticas de raza negra que fueron ninguneadas por sus compañeros hombres y que escribieron una brillante página, no conocida aún, en la carrera espacial hacía la Luna. Figuras ocultas es un merecido y justo homenaje a aquellas mujeres desconocidas de las que ya conocemos sus nombres y apellidos y que en aquella década fueron no solo pioneras en la búsqueda de la igualdad racial sino también de género pues el machismo también estaba fuertemente enraizado en el núcleo de la sociedad estadounidense en el estado de Virginia.

Figuras ocultas

Fueron las primeras en muchas cosas en el Centro de Investigación de Langley. Allí confió en varias de ellas el jefe matemático Al Harrison, un siempre correcto Kevin Costner; también en ese lugar Katherine G. Johnson y Dorothy Vaughan se enfrentaron a Paul Stafford; el siempre sabelotodo Jim Parsons, al que conocemos por la serie Big Bang Theory y a la estirada Vivian Mitchell y fue el sitio escogido para que Mary Jackson conociera al famoso astronauta John Glenn antes de que este partiera en la histórica misión Frienship 7.

Cada una de ellas vivió esos días de manera muy diferente. Cada una de ellas aportó su granito de arena en el lugar donde se encontraba. Así, la simpática Mary Jackson tuvo que lidiar con aquellos que no le dejaban ascender en sus estudios por ser mujer y de raza negra, con visita incluida a un juzgado donde salió victoriosa; Katherine G. Johnson peleaba por ser reconocida en sus méritos y que su nombre acabara firmando trabajos superiores, aunque perdiera el tiempo sin quererlo cada día al desplazarse varios kilómetros para ir al servicio y Dorothy Vaughan quien pretendía convertirse en supervisora de programadores del nuevo sistema informático de la gigantesca computadora IBM.

Intentaban conciliar una agotadora vida laboral con la personal y privada en donde cuidaban de hijos y trataban de mantener encendida la llama del amor de parejas conocidas y futuras for ever. Eran apoyadas en silencio por todos ellos y animadas a continuar una feroz lucha por sus derechos como persona. Gracias a ello pudieron seguir adelante con sus carreras y aspiraciones, a veces chocando con muros más sólidos que el metal del que estaban hechos los cohetes que desde Cabo Cañaveral viajaban al espacio.

Figuras ocultas

El director Theodore Melfi, al que conocemos de la interesante St. Vincent, adapta la novela de Margot Lee Shetterly y abre las puertas de la N.A.S.A. para que podamos descubrir todo lo que se cocinaba en plena Guerra Fría contra la Unión Soviética. Para Estados Unidos era fundamental ganar todo tipo de batallas y la de la conquista del espacio era una de ellas que no solo enorgullecería a sus ciudadanos sino que también tendría gran repercusión mediática e importancia política. Figuras ocultas nos invita a pasar y descubrir el corazón de sus instalaciones, los estudios y cálculos que allí nacían y morían cada día y las numerosas reuniones para el personal cualificado a las que por primera vez tuvo acceso una de estas mujeres desafiando el orden establecido.

En Figuras ocultas encontramos drama y comedia, en menores dosis que no empacha ni indigesta sino todo lo contrario. Menú equilibrado que espero tenga su enhorabuena con alguna nominación para los Oscar de este año porque sin duda lo merece. No es La la land, eso está claro pero también tiene como esta protagonistas que sueñan despiertas con una vida mejor y llena de felicidad, no vuelan ni viajan a la luna pero ayudan a que otras personas si lo hagan.

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